Albania
También conocida como “Tierra de Águilas”, o “Tierra de Montañas Blancas”, este país mediterráneo y balcánico, es uno de los grandes enigmas que quedan por descubrir en Europa. A medio camino entre Grecia, Serbia, y Montenegro, este pequeño país ha sabido no solo sobrevivir en una región tan convulsa, sino integrar para sí los elementos de todas las civilizaciones que por estas tierras de gran valor estratégico pasaron, creando un entramado social y de convivencia, y un microcosmos tan complejo, variado, rico en sus formas y diversidad, y único, que el resto del mundo ha pecado de dejar de intentar entender “quién” es Albania, y ha preferido, en muchos casos, sustituir este desconocimiento por grandes clichés y perjuicios.
Pogradec
Hermosísima joya costera en el interior de Albania, esta localidad se encuentra en las orillas del lago Ohrid, declarado Patrimonio de la Humanidad por poseer una cultura histórica, fauna y flora únicas.
Lugar montañoso y costero, moderno y con reliquias históricas de diversas épocas, es en mi opinión, uno de los lugares esenciales a visitar. Perderse por sus estrechas calles de adoquines que irradian reminiscencias de un pasado mejor, hace a uno transportase a un lugar atemporal. Pasear por su paseo fluvial es tan sólo uno de los deleites de este lugar, en el que los sentidos se pierden por la mezcla de naturaleza y brisas que provienen al unísono del puerto y la montaña, en el que las llamadas a la oración de las mezquitas se mezclan con sacerdotes ortodoxos que suben y bajan por las principales calles, donde ruinas romanas junto a parques místicos, te invitan a perderte en sensaciones que solo un lugar como este ofrece.
Tirana
Se trata de la única localidad que supera los 150.000 habitantes de toda Albania, pues a diferencia del resto de países europeos, Albania es un país principalmente rural pero en cuya capital puede respirarse el aire urbano de cualquier gran ciudad de su entorno.
Por el día la ciudad sorprende por sus grandes bulevares, destacando el Bulevar Bajram Curri y el Bulevar Dëshmorët e Kombit. Andando por ellos uno se hace una pequeña idea de lo que es Albania actualmente. Flanqueado por edificios comunistas, edificios estatales propios del colonialismo italiano, y rascacielos modernos, encontramos pulcros parques, como el de la Plaza Skanderbeg, o restos de búnkeres que se asoman envejecidos a los nuevos cambios de la ciudad. Y por la noche, la ciudad destila luces de neón, miradores giratorios, discotecas, casinos, gente yendo y viniendo. Es en este momento del día en el que más se siente el espíritu urbano de esta ciudad.
Toda Tirana esta llena de pequeños parques con bares donde poder mezclarse fácilmente con la población autóctona. Tienen gran curiosidad por entrar en contacto con forasteros pues les resulta extraño ver a turistas, los cuales son muy bienvenidos. La hospitalidad es uno de los puntos fuertes de los albaneses.
El tiempo se para en esta ciudad, en los que pasear por sus rincones hace las delicias de los viandantes extranjeros. Tirana, gracias a su distribución espacial, es muy intuitiva, y fácil de visitar. Entre sus edificios y a lo largo de los bulevares, encontramos pequeñas joyas históricas que nos dan constancia de todo lo sufrido y vivido por el pueblo albanés. Albania estuvo durante muchos años aislada del mundo y bajo una autarquía, de ahí que desarrollara un estilo arquitectónico y cultural único y propio, razón por la cual Tirana no se parece a ninguna otra capital europea. Esto lo podemos ver en sus constricciones y obras de arte.
Es una ciudad que puede visitarse en uno o dos días, pero que tiene elementos interesantes, sobre todo porque la arquitectura de la ciudad, y la combinación de todos sus elementos, hacen que sea particularmente extraño o exótico.
La Pirámide de Tirana
Edificio rocambolesco construido en el centro de la ciudad, fue diseñado por la hija de Hoxha, y es un Centro de Cultura. Sin embargo ha estado abandonado la mayor parte de su historia y despojado de su revestimiento de mármol. Durante todo este tiempo ha sido museo, discoteca, centro de operaciones humanitario, lugar de radiofrecuencia, etc. y se ha planteado derribarlo en varios ocasiones.
Pirámide futurista, actualmente su función más común es la de tobogán gigante, donde los niños se deslizan por una de sus inclinadas rampas laterales. Sin embargo, las vistas desde arriba de la Pirámide no tienen ningún desperdicio. Ahora bien, no se recomienda subir a ellas por el estado del edificio, pero también es verdad que los niños suben por ella una y otra vez ante la indiferencia del resto de ciudadanos y de las autoridades. Este tobogán ha sido uno de los edificios más caros de Albania.
El Museo de Historia Nacional
Coronado por un mosaico con iconografía de corte comunista, el museo está bien diseñado, austero, y muy tranquilo. Es una buena oportunidad para dejarse sorprender por el legado histórico que guarda Albania.
La Casa de las Hojas
Desde esta casa, la Sigurimi, que era la policía secreta del Estado, se controlaban las escuchas, envíos postales y llamadas de todos los ciudadanos de Albania durante la dictadura. Era un edificio por el que los albaneses sentían verdadero pavor, “cruzando de acera al pasar cerca del edificio” en palabras de la ministra de cultura, pues en él también estuvo la Gestapo y se llevaron a cabo torturas e interrogatorios durante el régimen. Actualmente es el Museo de las Escuchas.
La Mezquita e Et´hem Bey y la Torre Reloj
Esta hermosa mezquita es considerada la más bonita de Albania. Destaca su decoración exterior. El interior tan solo puede visitarse con visita guiada. Su decoración, por sus ilustraciones, es atípica en la cultura musulmana. De origen otomano, es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Supone un importante símbolo ya que, durante el comunismo, el régimen era oficialmente ateo, y se prohibió cualquier culto, y en 1991, la entrada masiva de ciudadanos en esta mezquita supuso un símbolo de la toma del poder por el pueblo, y de derrocamiento de un régimen.
Por su parte, el reloj, que está junto a la mezquita, fue un obsequio de las familias más ricas de Albania, que a principios del siglo XIX quisieron dar un signo de modernidad a la ciudad. Por un euro puede subirse a su mirador, donde puede disfrutarse de una bonita panorámica de la ciudad.
Pogradec
Hermosísima joya costera en el interior de Albania, esta localidad se encuentra en las orillas del lago Ohrid, declarado Patrimonio de la Humanidad por poseer una cultura histórica, fauna y flora únicas.
Lugar montañoso y costero, moderno y con reliquias históricas de diversas épocas, es en mi opinión, uno de los lugares esenciales a visitar. Perderse por sus estrechas calles de adoquines que irradian reminiscencias de un pasado mejor, hace a uno transportase a un lugar atemporal. Pasear por su paseo fluvial es tan sólo uno de los deleites de este lugar, en el que los sentidos se pierden por la mezcla de naturaleza y brisas que provienen al unísono del puerto y la montaña, en el que las llamadas a la oración de las mezquitas se mezclan con sacerdotes ortodoxos que suben y bajan por las principales calles, donde ruinas romanas junto a parques místicos, te invitan a perderte en sensaciones que solo un lugar como este ofrece.
Tirana
Se trata de la única localidad que supera los 150.000 habitantes de toda Albania, pues a diferencia del resto de países europeos, Albania es un país principalmente rural pero en cuya capital puede respirarse el aire urbano de cualquier gran ciudad de su entorno.
Por el día la ciudad sorprende por sus grandes bulevares, destacando el Bulevar Bajram Curri y el Bulevar Dëshmorët e Kombit. Andando por ellos uno se hace una pequeña idea de lo que es Albania actualmente. Flanqueado por edificios comunistas, edificios estatales propios del colonialismo italiano, y rascacielos modernos, encontramos pulcros parques, como el de la Plaza Skanderbeg, o restos de búnkeres que se asoman envejecidos a los nuevos cambios de la ciudad. Y por la noche, la ciudad destila luces de neón, miradores giratorios, discotecas, casinos, gente yendo y viniendo. Es en este momento del día en el que más se siente el espíritu urbano de esta ciudad.
Toda Tirana esta llena de pequeños parques con bares donde poder mezclarse fácilmente con la población autóctona. Tienen gran curiosidad por entrar en contacto con forasteros pues les resulta extraño ver a turistas, los cuales son muy bienvenidos. La hospitalidad es uno de los puntos fuertes de los albaneses.
El tiempo se para en esta ciudad, en los que pasear por sus rincones hace las delicias de los viandantes extranjeros. Tirana, gracias a su distribución espacial, es muy intuitiva, y fácil de visitar. Entre sus edificios y a lo largo de los bulevares, encontramos pequeñas joyas históricas que nos dan constancia de todo lo sufrido y vivido por el pueblo albanés. Albania estuvo durante muchos años aislada del mundo y bajo una autarquía, de ahí que desarrollara un estilo arquitectónico y cultural único y propio, razón por la cual Tirana no se parece a ninguna otra capital europea. Esto lo podemos ver en sus constricciones y obras de arte.
Es una ciudad que puede visitarse en uno o dos días, pero que tiene elementos interesantes, sobre todo porque la arquitectura de la ciudad, y la combinación de todos sus elementos, hacen que sea particularmente extraño o exótico.
La Pirámide de Tirana
Edificio rocambolesco construido en el centro de la ciudad, fue diseñado por la hija de Hoxha, y es un Centro de Cultura. Sin embargo ha estado abandonado la mayor parte de su historia y despojado de su revestimiento de mármol. Durante todo este tiempo ha sido museo, discoteca, centro de operaciones humanitario, lugar de radiofrecuencia, etc. y se ha planteado derribarlo en varios ocasiones.
Pirámide futurista, actualmente su función más común es la de tobogán gigante, donde los niños se deslizan por una de sus inclinadas rampas laterales. Sin embargo, las vistas desde arriba de la Pirámide no tienen ningún desperdicio. Ahora bien, no se recomienda subir a ellas por el estado del edificio, pero también es verdad que los niños suben por ella una y otra vez ante la indiferencia del resto de ciudadanos y de las autoridades. Este tobogán ha sido uno de los edificios más caros de Albania.
El Museo de Historia Nacional
Coronado por un mosaico con iconografía de corte comunista, el museo está bien diseñado, austero, y muy tranquilo. Es una buena oportunidad para dejarse sorprender por el legado histórico que guarda Albania.
La Casa de las Hojas
Desde esta casa, la Sigurimi, que era la policía secreta del Estado, se controlaban las escuchas, envíos postales y llamadas de todos los ciudadanos de Albania durante la dictadura. Era un edificio por el que los albaneses sentían verdadero pavor, “cruzando de acera al pasar cerca del edificio” en palabras de la ministra de cultura, pues en él también estuvo la Gestapo y se llevaron a cabo torturas e interrogatorios durante el régimen. Actualmente es el Museo de las Escuchas.
La Mezquita e Et´hem Bey y la Torre Reloj
Esta hermosa mezquita es considerada la más bonita de Albania. Destaca su decoración exterior. El interior tan solo puede visitarse con visita guiada. Su decoración, por sus ilustraciones, es atípica en la cultura musulmana. De origen otomano, es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Supone un importante símbolo ya que, durante el comunismo, el régimen era oficialmente ateo, y se prohibió cualquier culto, y en 1991, la entrada masiva de ciudadanos en esta mezquita supuso un símbolo de la toma del poder por el pueblo, y de derrocamiento de un régimen.
Por su parte, el reloj, que está junto a la mezquita, fue un obsequio de las familias más ricas de Albania, que a principios del siglo XIX quisieron dar un signo de modernidad a la ciudad. Por un euro puede subirse a su mirador, donde puede disfrutarse de una bonita panorámica de la ciudad.
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